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De hermano a hermano

Lo que para otros municipios sería la culminación del hermanamiento, la materialización de la unión, para Sax y Alagón no fue más que la excusa de la auténtica convivencia de la que sus habitantes disfrutan desde entonces. 

 

 

Don Luís Latorre Pardo, alcalde-presidente de Alagón.

 

Distinguido amigo/compañero, al tener conocimiento de que el mando ha tenido el bien de designarte para regir los destinos políticos y administrativos de esta Villa. Expreso a vos mi más sincera felicitación.

 

Como sabe, ese pueblo es cuna del heroico Don Artal que encontró aquí la muerte en la batalla contra los moros en el año 1.239. Con tal motivo se celebraron unos actos conmemorativos de aquella efeméride a los cuales acudió su antecesor.

 

Deseo pues, que la amistad creada anteriormente siga usted cultivándola con nosotros pues al hacerlo así podemos seguir en contacto con miras a la organización de futuros actos en los que podemos estar.

 

Un saludo afectuoso.

 

Su buen amigo y compañero.

Joaquín Barceló Verdú

El 27 de junio de 1966 Alagón designaba a un nuevo alcalde, Luís Latorre, pero las relaciones entre ambos pueblos no cambiaron. Después de la visita oficial de Modesto Gracia a Sax, ambos municipios habían contemplado la idea de trasladar las fiestas de Moros y Cristianos de Sax al pueblo maño en sus fiestas patronales de septiembre en honor a la Virgen del Castillo.

 

Para ello, una comitiva encabezada por Joaquín viaja hasta Alagón en julio de 1966 para organizar la llegada de los festeros y los actos que se quieren celebrar en tierras aragonesas. La amistad entre ambos alcaldes surge al instante y se convierte en una pieza importante a la hora de trasladar a los habitantes de Sax y Alagón la trascendencia e importancia de los hechos que se iban a vivir. 

Sax y Alagón comiezan a preparar la primera visita oficial

Los sajeños llegan a Alagón

El 10 de septiembre de 1966 parten hacia Alagón alrededor de 150 personas entre personalidades institucionales como festeros que viajaron hasta Zaragoza a llevar lo más valioso que tenían, sus fiestas. Era la primera vez que éstas salían de las fronteras municipales y lo hacían para viajar a más de 500 kilómetros.

 

En palabras del cronista, recogidas en la página 32 del libro "Joaquín Barceló Verdú",  “65 personas iban a actuar en un desfile de nuestras comparsas por las calles de aquel pueblo aragonés, de acuerdo con lo que ya habíamos convenido al respecto. El recibimiento fue apoteósico. En una gran pancarta se leía: “Alagón abraza a Sax”. El desfile que se efectúo el día 11 fue inenarrable, así como la acogida que nos dispensaron. Nuestras fiestas actuaban  en todo su esplendor a más de 530 kilómetros de Sax”.

Comienza la verdadera hermandad y convivencia de los pueblos. Corría el año 66 y las familias de Alagón abren sus casas para sus hermanos de Sax. Pocas eran las referencias que las familias tenían del pueblo vecino, menos de las personas que iban a acoger en sus casas, pero la ilusión era suficiente y las ganas superaron las expectativas de los alcaldes. Los habitantes de Sax y Alagón se volcaron y esta fue una de las claves que explican que después de 50 años se esté celebrando un aniversario tan especial como este. 

Los sajeños llegaban a la Plaza del Ayuntamiento donde eran repartidos en las casa de familias alagoneras, haciendo de esta primera toma de contacto una unión, que en la mayoría de los casos, se hizo fuerte con el tiempo. A través de los más jóvenes de esas casas los sajeños pudieron disfrutar de la verdadera fiesta de Alagón, de sus costumbres y crear lazos de amistad con los propios amigos de los huéspedes. Esta primera visita a Alagón fue un éxito que continuó con la llegada del día 2 de febrero de 1967 de otra centena de alagoneros como parte del acompañamiento oficial de comisión al municipio de Sax.

Luis Latorre describe que “el recibimiento fue magnífico y enseguida se nos alojó en casa de particulares”. Tres días de intenso calor y amistad que, ahora sí, colocaban en las personas que lo vivieron el germen del hermanamiento. 

La visita a Sax fortaleció los lazos iniciales

La época y el contexto fueron claves en este hermanamiento

El contexto ayudó a crear este tipo de relaciones y es que la última etapa de la década de los 60 suponía una época de apertura en muchos sentidos. Los jóvenes de entonces se veían atraídos por un pueblo ubicado a más de 500 kilómetros y con costumbres completamente diferentes. Una oportunidad que muchos jóvenes de ambos municipios quisieron aprovechar. 

La gente no tenía las oportunidades que hay ahora y los trabajos eran diferentes, dedicados a la agricultura y la ganadería, lo que permitía una mayor disposición y libertad para viajar en la temporada de febrero en concreto. Aún así las dificultades eran otras. No había carreteras y las que había eran un desastre, 12 horas en autobús y más de 8 en coche. 

Los alagoneros comienzan a vivir como suyas las fiestas de Moros y Cristianos junto a sus hermanos de Sax. Las cinco comparsas, que entonces existían, disfrutaban de las ganas de unos jóvenes venidos de lejos que se vestían y lucían por las calles sajeñas los trajes más valiosos. Cristianos, Garibaldinos, Turcos, Marruecos o Moros, todo dependía de la comparsa de la familia a la que ibas, tu familia. Como un hijo más preparaban las guerreras, los fajines y te hacían salir a la calle como un festero. 

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